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nunca lo olvido
que mi destino fértil voluntario
es convertirme en ojos boca manos
para otras manos bocas y miradas
Todavía creo que nuestro mejor diálogo ha sido el de las miradas. Las palabras, consciente o inconscientemente, a menudo mienten, pero los ojos nunca dejan de ser veraces. Si alguna vez he pretendido mentir a alguien con la mirada, los párpados se me caen, bajan espontáneamente su cortina protectora, y ahí se quedan hasta que yo y mis ojos recuperamos la obligación de la verdad. Con las palabras todo es más complejo, pero aún así, si las palabras tratan de engañar, los ojos suelen desmentir a la boca.
Mario Benedetti, Terapia de soledad.
Inma, gracias por difundir a este poeta que nosotros los argentinos, adoptamos como nuestro porque nuestras ciudades más queridas se bañan en este mismo río, nuestras familias se funden, nuestros hijos cruzan a la otra orilla a buscar sus mujeres, y así nos vamos mezclando. En realidad nuestra mezcla viene de más atrás en el tiempo, alguna vez formamos parte de la misma patria, y en otra época más reciente tuvimos sueños compartidos.
ResponderEliminarEste último tiempo he estado escribiendo mucho sobre la soledad, con este texto se me han avivado esos pensamientos, por supuesto el cielo del maestro Mario es inalcanzable para mí ¡cómo me gustaría poder escribir solo una frase que tenga su profundidad!
Ariel